Mucho más que aprender a cantar

El domingo tocaba concierto de navidad de Jimena. El concierto de la coral a la que va desde septiembre una vez por semana. Es una coral de una institución muy arraigada al barrio de Gracia en Barcelona y donde tanto adultos como peques tiene a su alcance un montón de actividades.

El domingo durante el concierto sentí algo precioso e inesperado.. Cantaban diferentes corales, según la edad, desde los pequeños (de 4-5 años) hasta los chicos y chicas de veintipico. Obviamente yo iba emocionada como madre a escuchar a mi hija y dispuesta a soltar la lagrimilla viéndola cantar junto al resto de sus compañeros/as cantores. Pero no fue así. Bueno fue así a medias.

Me encantó verla disfrutar con la música, verla muy contenta y haciéndolo no como una obligación sino como su primer "hobby". Pero lo que más me soprendió a lo largo que iba pasando la mañana y  escuchaba a las diferentes corales fue conocer (o reconocer) lo que aporta el pertenecer a un grupo: .....amistades, música, sentimiento de pertenencia a un grupo, trabajo en equipo, coordinación, respeto al resto, saber escuchar... Me fui emocionando y terminé llorando cuando los mayores cantaron (a los que era la primera vez que veía y escuchaba). Y pensé, ojalá a Jimena le siga gustando cantar y venir todos los lunes a su ensayo de coral porque es tanto lo que aporta.

Fue un gran descubrimiento o un redescubrimiento el verlo sobre el escenario y hacerlo consciente. Un nuevo lugar en el mundo al que me hubiera gustado pertenecer de pequeña. Quizás no es tarde. Nunca es tarde, quien sabe si yo me animo a aprender a cantar a mi edad...

Salí feliz, contenta por el mundo que se le abre y las oportunidades y valores que aporta.

 

Por cierto el concierto fue precioso...un regalo de Navidad!

Felices Fiestas