Sentirse en casa...

Esta semana he "sufrido" de nuevo una mudanza. Digo sufrido porque mudarte de casa implica bastante transtorno durante días. Vivir rodeada de cajas mientras las llenas y luego mientras las vacias, agobiarte pensando que no te va a dar tiempo a recogerlo todo, hacer trámites de altas y bajas en padrones, suministros, etc, todo esto mientras sigues con tu día a día.

Es la séptima mudanza en pocos años, la tercera en menos de dos años (muy a mi pesar) y espero no tener que repetir cambio en mucho tiempo.... Pero pese a todo lo negativo que tenga desmontar una casa siempre trae cosas positivas (últimamente me propongo buscar el lado positivo a todo ya que creo que no nos queda otro remedio..). Vuelves a ser consciente de la cantidad de cosas que acumulamos innecesariamente, te desprendes de muchas de ellas, reciclas, regalas...y sobre todo te das cuenta de que tu casa está donde estas tu y los tuyos, donde están esos objetos que te traen recuerdos, vivencias, sentimientos. Donde te sientes bien y donde tienes ganas de llegar tras un día largo y donde no te hace falta salir y huir porque ya estás bien dentro. Y eso me ha pasado con mi nueva casa....así que estoy contenta con el cambio, cansada pero con ganas de estar aquí.

Algo que me pidió Jimena al enterarse que nos ibamos a mudar de casa fue: "mamá que tenga bañera..." sólo pidió eso. Fue tan sincero y entendible, que fue uno de los parámetros de búsqueda. Y por suerte hemos encontrado una nueva casa con bañera. No tan bonita como esta...

pero para nosotras es la más bonita y lo más importante es que se han terminado las lágrimas de cada tarde al ponerse debajo de la ducha. Otro efecto positivo del cambio...

Mi nuevo lugar en el mundo que espero conozcais prontito!