LIBRES!





Hace más de un año y medio os hablaba de Un lugar en el Mundo olvidado...Dadaab...

Allí trabajan las dos cooperantes de Médicos Sin Fronteras liberadas esta semana, tras casi dos años de cautiverio.

Como cooperante que he sido esta historia me ha impactado enormemente y supongo que como mucha gente he sentido la alegría inmensa al escuchar la noticia de su liberación y me he emocionado como si fueran personas cercanas.

Hoy mi lugar en el mundo es para ellas, para sus familias y su gente cercana.

Os dejo con esta entrada del blog 3500 millones de ideas irreverentes contra la pobreza, que refleja perfectamente ese sentir:

Libres. Liberadas. Entre lágrimas de alegría y emoción escuché ayer la noticia de que las cooperantes de Médicos sin Fronteras regresaban a casa después de casi dos años de cautiverio. El secuestro más largo de españoles en la historia. Y con seguridad el secuestro de algunos de los mejores españoles en la historia. El 13 de octubre de 2011, dos mujeres profesionales y comprometidas estaban colaborando para mitigar el inmenso sufrimiento de miles de personas refugiadas en Dadaab. Su secuestro nos hizo conscientes del valor de su trabajo y de la terrible situación en el Cuerno de África.

Cuando pienso en el sufrimiento inenarrable y al mismo tiempo evidente de Blanca y Montserrat, y de sus familias en este tiempo, y en todo el trabajo que tendrán que hacer para recomponer sus vidas, vuelvo a sentir un nudo en la garganta. Una situación como ésta pone a prueba a las familias y las organizaciones hasta límites insoportables. Y cuando se alargan en el tiempo, es necesario tener unos valores a prueba de bomba para resistir.  
No estamos acostumbrados a que estas cosas nos ocurran. España ha sido un país debutante en la cooperación, y el sector se ha profesionalizado muy tarde con respecto a otros países de nuestro entorno. El riesgo está ahí, porque las situaciones en las que trabajan no son en absoluto fáciles. Pero se toman medidas de protección sensatas, y se trabaja de forma eficaz y lo más seguras posible. Y si algo he apreciado a lo largo de los últimos 20 años en distintos países de África y América Latina es la enorme calidad humana y profesional de nuestros cooperantes. Personas con carreras, idiomas, especializaciones técnicas, y con unos valores a prueba de todo, que renuncian a muchas cosas para trabajar en algo que tiene sentido y merece la pena. Para solucionar problemas reales que afectan a la mayoría de la población del mundo.   
Blanca, Montse y sus compañeros de profesión son los referentes morales que estamos necesitando en estos tiempos de incertidumbre y desconfianza. Después del primer abrazo de estas mujeres valiosas con sus familias, nuestra sociedad debería buscar el modo de que sientan también nuestro abrazo, para agradecer el esfuerzo ímprobo y valioso de un trabajo que les ha llevado a esta situación extrema. Porque personas como ellas hacen que nuestro país y nuestro mundo sean mejores.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jugando a lo mismo que hace muchos años

Calma tras la tormenta

La Chureca