Pararse para volver a impulsarse


Hay veces que buscamos el silencio, los momentos de reflexión, de discernimiento. De aislarse del bullicio y ordenar pensamientos, ideas, sentires. Bajar tensiones, relativizar, olvidar. Suelen ser momentos que buscamos voluntariamente.

Pero también sucede, o al menos a mi me ha pasado en varias ocasiones, que te regalan esos momentos. No lo esperas, no los buscas, no pensabas parar  y zas, ahí está esperándote, acogiéndote, pidiéndote que te sientes, que pares, que desconectes, que sientas, que sueñes, que te emociones hasta las lágrimas, que te vuelvas a conectar contigo misma, que la piel se erice, que desees coger un lápiz y escribir todo lo que va surgiendo en tu mente...




Son lugares especiales. Lugares que acogen. Lugares que invitan a sentarte. Lugares para la reflexión. Lugares para empezar a caminar de nuevo.

A mi me pasó hace pocas semanas en una formación laboral...que inesperadamente se convirtió en un punto de inflexión individual. Fue uno de esos momentos mágicos, que notas que tu interior hierve, hierve positivamente. Que los sentimientos afloran, que notas que el circulo se cierra, que siempre todo sucede por algo.

Un regalo muy valioso. El encontrarse con una misma, en Paz, con ilusión, con nuevos proyectos, con una sonrisa y empezando nueva etapa.

Que mejor sensación que parar para volver a impulsarse....

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