Estar y "estares"...


Esta mañana de domingo me he regalado uno de Mis Lugares en el Mundo más maravillosos. Una mañana "slow" (me encanta este término que últimamente se oye mucho). Una mañana sin prisas, saboreando el desayuno, escuchando "A vivir que son dos días" en la radio y buceando en diferentes periódicos.

En esa búsqueda de artículos de opinión  (más que de noticias), me ha llamado la atención uno en particular y ha sido como un imán. El salón de Estares, de Luis García Montero. Cada palabra, cada frase, cada párrafo me han parecido un regalo. Esa sencillez aparente, con un trasfondo intenso y a la vez cotidiano. Que te hace ir más allá, te invita a pensar,  a reflexionar, a recordar. Sin duda ha sido la lectura del domingo, un Lugar en El Mundo necesario.

Cuántos salones de estares en mi vida. Cuántos estares diferentes. Cuántos domingos en familia en el salón de estar de casa de mi madre o de mi abuela. Cuántas conversaciones diferentes, cuántos momentos llenos de lágrimas, lágrimas de alegría o de tristeza, cuántos reencuentros y cuántas despedidas. Cuántas comidas sencillas y cuántas de celebraciones. Cuántas ausencias importantes  y cuántas presencias... cuánto amor en esos estares.

Cuánta familia, en el sentido más amplio. Porque familia, en mi caso, en muchos momentos también ha sido los amigos y amigas con lo que compartía el día a día en otras ciudades, en otros países, en otros Lugares en el Mundo, en otros salones de estares. Afortunada por cada uno de ellos.

El domingo ha continuado con ese ritmo slow, con el poso de la lectura en mi interior y con planes que me permitan seguir disfrutando de la gente, de amigos, de amigas,  de familia y del estar también conmigo misma y recordar mis salones de estares.

Feliz Domingo!


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