Mercedes y los otros sentidos


Durante 1 año mi lugar en el mundo estuvo en Honduras, entre la capital, Tegus (Tegucigalpa) y una pequeña localidad a una hora en autobús llamada Valle de Ángeles. En concreto en una casa de acogida para personas (hombres, mujeres, niños, niñas) convivientes con el VIH /SIDA. Yo pasaba la mitad de la semana allí, viviendo con ellos, como enfermera, cuidadora, compañera, sobre todo estando. Muchas historias, vivencias sucedieron esos meses, desde el nacimiento de una bebé, hasta el acompañamiento en el proceso de muerte de varios de ellos/as.

Ha sido sin duda una etapa en mi vida que me marcó enormemente, uno de mis lugares en el mundo, que me hizo crecer, rebelarme ante muchas cosas, me hizo también aprender a perdonar, época de muchas lágrimas, de miedo, pero también de esperanza. Pese a las dificultades de esos meses el balance es más que positivo y sobre todo de un aprendizaje enorme.
Allí conocí a alguien muy especial. Una niña de 5 años, Mercedes, quien me enseñó muchísimo y fue todo un reto  el aprender a estar a la altura. Aún hoy me planteo en ocasiones si lo logré. Dudo mucho sobre ello.

Al igual que en el caso de la Chureca, en su día escribí sobre ella y me gustaría compartirlo 10 años después.

Tiene 5 años, aproximadamente. Nunca fue inscrita en un registro y por eso no podemos asegurar su fecha de nacimiento. Por análisis que se le han hecho se calcula que ronda los 5 años. Es una niña alegre, divertida, muy cariñosa, chantajista, listísima, capaz de dar mucho amor y con enormes ganas de recibirlo a toneladas.

Desde que nació, ha pasado de unas manos a otras. Hasta llegar a ser abandonada en un hospital en pésimas condiciones de salud, de higiene..  Ahora vive en una gran familia que la quiere y que intenta hacer de ella una niña normal. Educándola e intentando paliar todo el dolor que ya ha tenido que sufrir a su corta edad (malos tratos, abandono, insultos, .....) y dándole aquel amor que en su día le faltó.

Su historia es una lucha contra el tiempo, un intento de parar el reloj e intentar que la enfermedad que padece no se adueñe demasiado pronto de ella.

Merceditas tiene los anticuerpos del VIH y en el país donde nació y donde vive, de momento los antiretrovirales no están al alcance de la mayoría de la población. Primero, a causa de su elevadísimo coste y segundo que la salud pública actualmente no se puede hacer cargo de esos gastos. Por lo que su historia repetirá la de tantos niños y tantos adultos que mueren diariamente de SIDA sin derecho a una oportunidad, y sufriendo todavía el rechazo familiar y social. Siendo conscientes que el diagnóstico de VIH + es igual a muerte en vida.

Una historia conmovedora como las que vemos y leemos todos los días en los medios de comunicación y que ahí se quedan. Que nos hacen sentir rabia, impotencia, dolor, tristeza, llanto, .......se nos despiertan esos sentidos que no nos enseñaban en la escuela y que no están entre los 5 sentidos tradicionales: gusto, olfato, el tacto, la vista y el oído.

Si encima tienes la suerte de conocer y vivir con Mercedes y  las miles de Mercedes que existen en el mundo y generalmente en los países en vías de desarrollo, pues todo cambia. Ya que uno se plantea, ¿qué está pasando? MIRAMOS, PERO NO VEMOS. OIMOS, PERO NO ESCUCHAMOS. ¿Vivimos únicamente con los 5 sentidos tradicionales y olvidando los demás, intentando que no afloren para no sufrir más?

Quién le va a explicar a Mercedes cuando tenga dolor, cuando se esté consumiendo, cuando vea que no es una niña como las demás, que la vida no es igual para todos/as. Que por haber nacido en un país determinado tiene que pasar ese sufrimiento y hoy por hoy no hay remedio. Y que seguramente otra niña que se llame Mercedes, en España por ejemplo, y con la misma enfermedad que ella, tendrá cada mañana y cada noche sus pastillas, podrá llevar una vida normal, podrá ser feliz e incluso podrá ser mamá sin ningún riesgo. Pero que a ella no le ha tocado esa suerte.

Mercedes espero algún día poderte dar alguna respuesta a todo esto.


Afortunamente tras estos 10 años desde que conocí a Mercedes ha habido muchos avances en el acceso a tratamiento con antiretrovirales en lugares donde antes era impensable. La enfermedad del VIH/SIDA, también en paises en vias de desrrollo (no en todos), se está convirtiendo en una enfermdad crónica y donde la comunidad internacional y los propios países están luchando a través de pequeños y grandes programas para mejorar la situación. Pero sin duda, aún queda un gran camino por recorrer a todos los niveles. Para los/as que queráis conocer más en detalle la situación mundial en este tema, os dejo el link de un blog muy interesante http://saludporderecho.org/category/por/un-mundo-sin-sida/

De Mercedes lo último que supe es que tuvo la gran suerte de que una familia europea quisiera que formara parte de su vida y la adpotó pese a todas las dificultades que implicaba. Sólo deseo que se haya convertido en una adolescente feliz. 


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